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La iglesia católica recientemente ha beatificado a 498 españoles “mártires” de la guerra civil. Son muchas las voces en contra que se han alzado desde algunos sectores neobolcheviques, precisamente aquellos sectores que se han auto nombrado los mesías libertadores que guiarán al pueblo hacia la “gran victoria”. Y es que aún quedan residuos de la anacrónica religión al líder rojo; Santiago Carrilo, Pasionaria o cualquier otro patético intento de vaciar al socialismo de contenido científico y llenarlo de fusiles y tanques.
Es paradójico pero,
En la guerra civil demasiadas personas pagaron los platos rotos de algunos esquizofrénicos nacionalistas y otros que se hicieron llamar cristianos o socialistas. Hay que leerse el capital o manuscritos económico-filosóficos para darse cuenta que ninguno de “marxistas” sabían ni tan si quiera decir una obra de Marx más allá del incendiario Manifiesto Comunista; y es que este es el mejor libro para que los “mesías” del socialismo conviertan a las masas en fieros perros carentes de inteligencia, cuando el socialismo científico pasa a ser estupidez colectiva.
No nos podemos olvidar de los falsos profetas que predicaban con un evangelio en la mano mientras que con la otra firmaban sentencias de muerte, en el mejor de los casos, y en los otros tantos torturaban y asesinaban en nombre de un Dios bondadoso.
Las bochornosas imágenes de un tal Franco bajo palio rodeado de obispos aún quedan grabadas en las retinas de muchos católicos como punzadas en el corazón y guardadas en el museo de los horrores.
“Muchos vendrán, y se harán pasar por mí y le dirán a la gente: "Yo soy el Mesías". Usarán mi nombre y lograrán engañar a muchos.” (Mateo 24, 4)
Y es que estas 498 beatificaciones, al contrario de lo que muchos pueden pensar, es un duro golpe a una pequeña parte de
La idea de declarar beatos a quienes prefirieron morir en nombre de Dios en lugar de luchar y matar a sus hermanos envueltos en oleadas de sangre choca tremendamente y ridiculiza a los que apoyaron una matanza y la calificaron de Guerra Santa; evidentemente les deja por los suelos… Pues aún no he visto beatificar a ninguno de los obispos que acompañaban a Franco bajo palio y que murieron placidamente en sus bonitas camas. Pero si he visto como han beatificado a los que prefirieron derramar su noble sangre en la tierra en lugar de verter la de sus hermanos.
Con estas beatificaciones
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