Terra: Los nuevos Hippies made in USA (P.1)

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Hace dos o tres días he leído una noticia que ha causado gran revuelo en el panorama político; cosa que no es de extrañar, ya que todos sabemos que lo que importa no son los ciudadanos si no llevarle la contraria al otro partido…

Rajoy en un acto de estupidez, pues parece no quiere ganar las elecciones, afirmó que hay que estar "muy atentos" al problema del cambio climático, pero que "tampoco lo podemos convertir en el gran problema mundial".

Sin que sirva de precedente en parte estoy de acuerdo con Rajoy. Desde todos los medios de comunicación y los principales estamentos políticos se nos lanza un mensaje casi apocalíptico:

El fin del mundo se acerca y tan sólo podemos hacer dos cosas: ponernos en las manos salvadoras de las energías alternativas, creer en gráficos de colores donde la raya de la contaminación tiende al infinito y la de la vida al cero.

¡Eh!, pero no se me puede olvidar en confiar ciegamente en esta nueva secta social: los hippies. Melenudos jóvenes, ya no tanto esta nueva estirpe neo-hippie, que en su mayoría ven cuatrocientas páginas de un libro como un imposible y una bonita hoja verde como un ilusionante reto. ¿Sus metas en la vida? Salvar el mundo con su mesiánico mensaje: “Haz el amor y no la guerra” o en su nueva vertiente neoliberal: “Piensa en verde”, entendiendo esto como esa divertida planta que los eleva a su mundo de Teletubbies.

¿ Para qué estudiar una ingeniería, biología, física o leer un libro cuando pueden hacer reuniones en el campo mientras fuman y beben hasta perder el conocimiento?, algo que dudo hallan tenido alguna vez ( estos son los momentos donde la Conferencia Episcopal debería decir: “Bendita educación para la ciudadanía” …)

“¿Sociedad? No, gracias. Está destruyendo el planeta”

Ellos prefieren transportarse a mundos fantásticos, idealizados, ver luces mezcladas con pintorescos remolinos de colores. ¿Y luego pretenden convertir la realidad en esos mundos de Yupi?

Y es que hay jóvenes que porque han escuchado una conferencia de un pseudo científico sobre el calentamiento global o han recogido un par de latas de un río, dictan cátedra y exigen actitudes a personas que por lo menos se han leído un par de libros en su vida y trabajan por cambiar la realidad, no en fantásticos mundos de luces de colores. Ser uno de estos hippies en la sociedad neocapitalista actual de pan y circo es fácil; pero luchar a contracorriente dentro de una sociedad hostil ya no lo es tanto.

Pero bueno, hay los que cogen el camino difícil y hay los que son hippies...