lunes, 22 de octubre de 2007

Hamilton,

el invencible




Después del “sanganchao” y otros esperpentos en la conducción, Brasil fue el otro gran escenario de la caída del invencible Hamilton. Ya hacía presagiar el batacazo de Baby Hamilton la enésima ayuda por parte de la MaF.I.A y es que parece que hay deportes en los que lo que prima es la nacionalidad. Porque no nos engañemos, a Hamilton le ayudan por ser inglés, sí, inglés, uno de esos odiosos tipos que viven allá por el noroeste de Europa, hacen cola hasta para ir a la cama y de vez en cuando conquistan las playas de Fuengirola. Pero los tiempos de Isabel I y Felipe II ya quedaron atrás y esta vez la armada invencible era inglesa y la patera hecha de palos era española.

Lo tenía todo: la federación, los puntos, el coche, la escudería… Pero esa frialdad que dicen caracterizan a los ingleses se vio turbada por ambición ( que no olvidemos rompe el saco ) y tras la primera curva Baby era cuarto ( algo que le servía para ganar el título ). Pero eso era poco para él, quería humillar a un bicampeón del mundo y en una estúpida maniobra salió fuera de la pista y al rato un fallo del coche le dejó con pocas opciones.

El transcurso de la carrera es fácil de resumir: Massa deja pasar a Raikonen ( algo normal siendo del mismo equipo ) y Alonso con el nuevo modelo McLaren-Tortuga no pudo hacer nada para ganar.

Pero no pasa nada, tras la humillación de McLaren y Baby Hamilton nunca una derrota supo tan bien...

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