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Llamazares, el arlequín del a Izquerda Hundida, ha presentado ante la prensa una promesa electoral. Pero no os preocupéis, no es una medida económica ni nada serio, lo típico, en su línea de siempre.
También es lógico, a tiempos desesperados, medidas desesperadas. Y es que sabiéndose perdedor, sería casi un milagro que consiguiese más de cinco escaños, su estrategia es generar más y más medidas absurdas, el cuento del burro que tocó la flauta.
¿Su nuevo golpe de efecto? Que se pueda votar a partir de los 17 años, para pasar más tarde a votar a los 16. ¡Increíble!
Si ya me cuestiono que todo el mundo pueda votar, ni me planteo el voto a los 16 años. Me lo imagino. ¿Hambre en el mundo? ¡Vamos al Botellón! ¿Crisis económica? ¡Vamos de Botellón!
Por suerte aún nos queda un pequeño grupo dentro de la juventud. Los hippies neoliberalistas que luchan contra el neoliberalismo…
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