jueves, 20 de diciembre de 2007

Queridos reyes magos:

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Este año no he sido muy bueno. Primero intenté ser lo que llaman liberal, más no pude. Intenté pensar que el socialismo era malo, que el ser humano es egoísta y no puede cambiar y entonces pretendí ser como el resto de los mortales. Fue cuando abracé el centro. Sí, ese lugar donde todos son buenos. Pero fui más allá, quería ser de extremo centro, ya que lo radical siempre me ha gustado.


"Ya quisiera yo ser librepensador,
no oír el rugir de tripas de tantos, ni su llanto, ni su dolor,
establecerme correcto, filósofo, neutral, independiente,
manejarme bien con toda la gente."


Ahora cuando sentía un cosquilleo, la conciencia retumbando en las paredes de mi razón, era mucho más fácil el aliviarla. Me reunía con algunos, que como yo, deseaban calmar ese sentimiento de culpa. Y en reuniones dibujábamos castillos en el aire, decíamos lo malo que es el ser humano y jugábamos a ser solidarios.



"Ya me gustaría a mí alinearme con los no violentos,
regalar flores, descalzo, arrancadas de algún tiesto,
sin tener que poner la otra mejilla para nadie,
a no ser amenazado por ningún indeseable."


Pero no lo conseguí. Traté de silenciar mi conciencia con los héroes mitológicos de ese supuesto comunismo cubano. Y aunque buscaba y buscaba no lograba ver dónde se escondía el socialismo en tan ignorantes personajes. No podía quitarme de mi mente esa imagen de Allende, máximo exponente del diálogo, forzado a empuñar una metralleta.


"El caso es que me afectan las cotidianas tristezas,
la de los supermercados, la del metro y las aceras,
también las que me quedan lejos,
las de los secos desiertos, las de las verdes selvas.

El caso es que me parecen buena gente,
algunos luchadores del ocaso,
que se parten el pecho por ser escuchados,
que morirán en alguna esquina, tiroteados."





Intenté ser como todos, no preocuparme, mirar para otro lado. Ya no iba a manifestaciones ni leía libros, tan sólo me interesaba ir a botellones y disfrutar de esa fugaz alegría.


"Quisiera ser más listo, adoptar bien la pose,
librarme de etiquetas, hasta la de hombre,
y entender que sólo yo me entiendo
y que no me entiende nadie,
ser un buen ciudadano formal y respetable.

Omitir de mis canciones
palabras como: compañero, obrero,
justicia, guerrilla, paz, hambre o miedo,
y hablar del amor, de cosas bonitas, de mis recuerdos,
contar alguna anécdota graciosa
de cuando era quinceañero."




Pero no pude. ¿Cómo no oír el grito de millones de personas? Y es que yo tenía ojos para ver y oídos para oír…



"El caso es que me afectan, quizás demasiado,
la tristeza de los suburbios, el drama urbano,
saber que seremos caníbales dentro de poco
y que no habrá carne suficiente para todos.

El caso es que me afecta, quizá más de lo normal,
tener tanto miedo al cruzar mi portal,
ver que arde mi ciudad o que sangra el asfalto.
Quizá debería ver menos el telediario."



Ya me hubiese gustado caer a todos bien, respirar a gusto de esa nube de hipocresía. No escribir sobre justicia, guerra o hambre. Mejor hubiese sido escribir novelas e ir al maravilloso mundo de los sueños donde para gritar libertad no haya que rellenar 300 formularios o donde la justicia no se gane en las urnas.



"Quisiera ser más listo, adoptar bien la pose,
librarme de etiquetas, hasta la de hombre,
y entender que sólo yo me entiendo
y que no me entiende nadie,
ser un buen ciudadano formal y respetable.

Omitir de mis canciones
palabras como: compañero, obrero,
justicia, guerrilla, paz, hambre o miedo,
y hablar del amor, de cosas bonitas, de mis recuerdos,
contar alguna anécdota graciosa
de cuando era quinceañero."


Pero lo siento sus reales majestades, no le he conseguido. No me culpen, saben que lo he intentado. Lo siento, quizás tenga ese toque masoquista de superación, me divierte lo difícil y rechazo lo asequible, es aburrido. Por eso “soy realista, tan sólo pido lo imposible”, sólo os pido: PAz, BIen y Socialismo.



"El caso es que me afectan las cotidianas tristezas,
la de los supermercados, la del metro y las aceras,
también las que me quedan lejos,
las de los secos desiertos, las de las verdes selvas.

El caso es que me parecen buena gente,
algunos luchadores del ocaso,
que se parten el pecho por ser escuchados,
que morirán en alguna esquina, tiroteados."



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