Los soldados ya están en los frentes...

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Ya ha empezado la cuenta atrás para las elecciones y los partidos han lanzado sus soldados a los frentes de batalla. Si el PSOE dio un vuelco a las elecciones pasadas con miles de personas en Génova, esta vez el PP no va a ser menos y desde hace meses ha estado sacando a pasear sus perros por las capitales del reino.

Las antiguas guerras electorales en grandes mítines donde la capacidad oradora de los candidatos (como el gran Allende) jugaba un papel crucial en el transcurso de las elecciones a dado paso a una sofisticada batalla de “unos”. Sí, esos mercenarios sofistas que manejan el lenguaje cual arma arrojadiza o los artistas del marketing.

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Si la separación entre estado e Iglesia y la autofinanciación de la misma es algo totalmente incuestionable para muchos, alguien debería preguntarse quién “colabora” con los partidos políticos en esas mastodónticas campañas de marketing. Y a la respuesta de: “Son financiados por sus afiliados”, mi carcajada tan sólo es comparada con la estupidez de la respuesta.

Pero existe un marketing prácticamente gratis, miles de personas paseando por las calles con gritos y pancartas. Y, bien sabido por los partidos políticos, lanzan sus hordas a las plazas y avenidas de todo el país.

Este fin de semana ha habido dos grandes manifestaciones: contra el “terrorismo” (el sábado) y contra la violencia de género (el domingo); sin contar la de los fascistas antifascistas, pero eso ya es otro tema…

Los partidos tienen muy bien fijados sus ejes para estas elecciones. Mientras que el PP apuesta para engañar a los votantes ganar las elecciones con lucha contra el terrorismo y planes económicos (reducción de los impuestos y subida de las pensiones…) el PSOE, en cambio, se decanta por el capitalismo utópico (igualdad de género, frenar el cambio climático, mejora de la educación…)

No es casualidad que las dos grandes manifestaciones de este sábado aboguen por los ejes centrales de los dos grandes partidos políticos (el PSOE y la igualdad de género y el PP y la lucha contra el terrorismo)

Que este país es aconfesional está muy lejos de la realidad. Últimamente una nueva religión se pasea por los colegios e institutos, la religión del estado. Su campaña publicitaria cuesta miles de millones a la nación, mientras que sus resultados son un tanto aleatorios. Hablo de esa religión que taladra la cabeza de miles de estudiantes desde que la Primaria con: debemos luchar contra el cambio climático, las mujeres son iguales que los hombres…

Pero, ¿realmente debe el estado ocuparse de la educación? ¿O deben los padres? Personalmente no veo necesarias las campañas publicitarias para el reparto de las tareas del hogar y mucho menos comprarle a Al Gore la cinta de “Una verdad incómoda”, aún a sabiendas de los múltiples errores científicos que tiene.

El problema del maltrato de las mujeres no se soluciona con un labado de cerebro desde que son pequeños. El problemas está en los barrios marginales y la solución es mucho más compleja... la desigualdad dentro de la desigualdad...

Que la manifestación contra el terrorismo sea el mismo día que la manifestación contra le maltrato a la mujer no es casualidad. Muestra un claro ejemplo de guerra en las calles que vienen practicando los dos grandes partidos políticos durante mucho tiempo.

La AVT más que una organización de víctimas es el brazo social del PP, los perros que pasean por las calles. Es totalmente vergonzoso y lamentable que se utilice el dolor de las familias como arma política y electoral. Sus manifestaciones en lugar de ser contra ETA se centran el luchar contra el gobierno y el un alarde de hipocresía se yerguen como indicados para planificar la política antiterrorista del gobierno.

Francisco Alcaraz, ese bajito mesías de las víctimas del terrorismo con dudosa reputación, se permite el lujo de prohibir manifestaciones y conciertos.

Pero ahora han ido más allá, quieren el monopolio del dolor a causa del terrorismo y están, como si fuesen empresas, anexionando asociaciones de víctimas de GRAPO y Al-Qaeda, quieren el control de lo que han convertido en un negocio. Pero aún más vergonzoso, si cabe, es que los mismos que abucheaban y humillaban en la entrada del congreso de los diputados a familiares, que había perdido hijos o amigos en el atentado, dicen que defienden las víctimas de ese atentado.

¡Y en la otra parte del rin. Con tres mil manifestantes y luchando por los derechos de la mujer y contra el cambio climático se encuentra el PSOE! Como la pregunta de “¿qué fue antes el huevo o la gallina?”, nos deberíamos preguntar: “¿qué fueron antes las manifestaciones o el programa electoral?”…

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