Sonaba Nabucco en el Teatro dell'Opera di Roma cuando Berlusconi conspiraba en un descanso de la obra y en una pequeña habitación, junto Napolitano, Gianni Letta y el ministro de defensa, contra sí mismo. Muti salía ovacionado por un público sediento de Risorgimento; Napolitano tomaba las riendas y Berlusconi dormitaba sobre su propio cadáver político. Italia apoyaba la Resolución 1973 la noche de su 150 aniversario y con el Va Pensiero como banda sonora de la decadencia de Il Cavaliere, obligado a morder la mano que hace unos meses besó y le da de comer.
La Vieja Euroapa se ahoga en su propio ego. Gobernada por políticos necios, populistas y auspiciados por grandes escenarios, altavoces, pantallas gigantes y merchandising que tapa su escaso nivel de oratoria así como un discurso vacío capaz de llenar a ciudadanos que,ilusoriamente, viven en otros tiempos de grandeza como los franceses e italianos o que aún revolcándose en un lodazal de corrupción creen ser adalid de la democracia, como los españoles.
Nuevos tiempos para un occidente que ve como caen los faraones que coronaron y toma posiciones para tapar con petróleo los agujeros de una crisis aún por descubrir.
Democracia, demócrata. Democracia, demócrata. Democracia y demócrata.
Son palabras ya desgastadas, que han perdido el significado prostituidas por occidente. ¿Por qué no está la coalición en Yemen? ¿Por qué se apoyó a Mubarak o Ben Ali?
Por lo mismo que Berlusconi besó hace trece meses la mano de Gadafi o Juan Carlos se fotografió con él; por lo mismo que la Olimpiadas se celebraron en China. Porque para Europa la democracia es de puertas para adentro; mientras media África intenta ser libre, desde el viejo continente sólo llegan tibios mensajes.
Pero por suerte los jóvenes de Egipto o Túnez no entienden de espera o transición, y no han necesitado permiso para hacer, como muestra poética de trotskismo, la revolución democrática permanente por su cuenta.
La estalinista Unión Europea, defensora de la democracia, sí, pero de puertas a dentro, ha visto pasar un Trotsky árabe; que utiliza Twitter, Facebook y ,habiéndose quitado la piolet que los sicarios le clavaron, escala hacia su propio futuro.
(minuto 10.30)
"Me han disparado. No sé si es grave o no pero no puedo levantarme. Tengo un golpe en la cabeza y no puedo pensar bien. No sé si saldré de ésta. Lo que quiero decir es que mi corazón está llorando. Los marroquíes saben lo que pasa aquí. Las Naciones Unidas saben lo que pasa aquí. La UNESCO sabe lo que pasa aquí. Entonces, ¿por qué los agentes de seguridad nos tratan como animales? ¿Yo soy el animal y tú el reportero? ¿Me oyes? No soy un animal. Soy un ser humano. Algún día la nación africana se levantará. Algún día rendiréis tributo, respeto. A todos los que estáis ahí, haced un esfuerzo para ver que aquí se violan los mínimos de la existencia humana."
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